Todo empezó cuando yo salía de la fábrica
de queso de mi padre, donde yo trabajaba, claro que ya no estoy mas allí, desde
el desastre que hice cuando me toco estar a cargo por problemas familiares.
Este desastre que “cree” en esa fabrica,
sucedió en una noche de invierno, yo era el ultimo en salir ya que era el
encargado en revisar y ordenar las
maquinarias, cuando todos salían. Aproximadamente, eran las 10 de la noche y
como siempre cerraba las ultimas puertas y rejas, ya estaba fuera de la
gran fabrica cuando se me ocurrió entrar otra vez, porque sentía curiosidad de
como seria aquella empresa tan gigante, sola, abandonada, todo a mi poder, sin
que nadie me dijera por primera vez: “cuidado con eso”, “ordena esto” ,
“arregla aquello”. Volví a abrir todo y entre. Fue lo peor que pude haber
hecho, es lo que digo ahora pero en ese momento creí que era la mejor idea. Prendí todas las luces, entre
a diferentes lugares, con maquinas tan grandes y monstruosas que nunca había
visto. Habían fuentes enormes con queso
derretido, caliente y tan tentadores que te dan
ganas de nadar en ellas.
En uno de los pasillos estaba la habitación
mas grande, la cual mi padre nunca
dejaba entrar a nadie ya que era el lugar de inventos, el lugar mas secreto de
todos y solo podían entrar el y su amigo, científico loco de confianza. En ese
momento el cuarto de creaciones estaba sin uso, porque mi padre no estaba
presente y sin su permiso no se podía hacer
nada nuevo.
Claro que habían inventos a medio
crear, muy originales, nunca vistos y muy ingeniosos; y otros eran inútiles es decir, no eran necesarios
para la vida cotidiana, eran para aquellas personas que les gustaba derrochar
el dinero solo para tener algo innovador, no quiero ofender a mi padre ni
despreciarlo, pero es lo que yo pensé cuando los vi. Uno de ellos estaba basado
en un maniquí, hecho todo completamente de queso roquefort ¡Valla a saber uno
que se le cruzo por la cabeza a mi padre para inventar algo así! ¿O para que serviría?,
seguramente la idea había sido de su amigo el científico. Nunca lo supe. Pero allí,
en ese momento algo se me ocurrió, una
loca idea, inútil también pero al ver
todo lo que estaba en esa habitación me inspiro y comencé a jugar un
poco con los elementos químicos y el queso. Mi objetivo era crear una remera de queso, con ayuda del maniquí.
Pensaba que era algo muy creativo y algo en que todos iban a querer gastar su
dinero, por que… ¿Quién no querría una remera comestible? A todo el mundo le
gusta el queso, o al menos a la mayoría. Eso pensaba y ya estaba muy emocionado
con la idea, estaba en el proceso final y tenia que utilizar una maquina
especial. Era una en la cual se necesitaba un conocimiento específico, porque
si oprimías un botón de más, si tan solo agregabas un ingrediente de más todo podía
estallar, y la fábrica se fundiría. Yo sabiendo todo el riesgo que podía
correr, la utilice.
El primer paso era colocar todos los
ingredientes necesarios para el queso que quería utilizar, el segundo elegir la
forma y textura del invento y por ultimo escoger los botones necesarios para
que funcione la maquina y crear la remera. En el momento de cumplir el tercer
paso, el ultimo que me iba a convertir en un inventor único, un descuido mío, por no llamarlo de otra
forma, hizo que todo se arruinara. Tropecé con el maniquí de queso roquefort y
tire sobre la gran maquina un elemento químico, que hacia derretir objetos sólidos.
Ojala se hubiera derretido, solamente
algunos botones, hiciera un poco de humo y listo. Pero no, comenzó a
derretirse e hizo corto circuito con algunos cables y enchufes de la habitación,
lo que la hizo explotar y hacer volar
queso por toda la fabrica de mi padre. Claro, no tardaron en sonar las alarmas
y que toda la gente del barrio se acercara para ver que había sucedido, lo que
hizo que mi familia se enterara rápidamente. No hace falta mencionar lo que me
paso después de ese desastre: ya no trabajo mas allí y mi padre me negó la
entrada a esa fabrica a menos que el me
de el permiso de ingreso, pero al menos fue lindo sentirse un científico por un
rato.
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