domingo, 25 de mayo de 2014

La niña solitaria, por Franco Gonzalez - 6to

Había una vez una niña de no más de 10 años de edad tenía unos ojos claros y su cabello era de color mostaza. La niña era tan linda que cuando se asomaba hacia su ventana el sol con su gran resplandor sonreía cada vez que la veía. Esta niña tenía todo lo que una niña de su edad podría querer. baSolo le faltaba una cosa por la cual siempre estaba muy triste era que ella no podía hacer nada bien, porque ella pensaba que no servía para nada y que si hacia algo siempre lo hacía mal. Ella vivía en su casa, desde adentro y para adentro, no salía por nada del mundo y los demás sencillamente la ignoraban, era invisible para los demás. Cuando quería decir algo, se le ponía un nudo en la garganta y la voz no le salía por más que ella se esforzará demasiado. Al esforzarse por hablar se lo ponía la cara como un tomate, por lo rojo que estaba, con lo que le sucedía de no poder hablar una ira cada vez mayor se iba apoderando de la niña pero, aunque muchas veces no se daba cuenta de ello. Todo el mundo, incluida la madre y el padre, no se daba cuenta de lo que le pasaba a la niña, porque la niña no le contaba nada a nadie solamente hablaba con sus muñecas y les cantaba. La niña que amaba escuchar música se la pasaba todo el día imaginando y cantando para sí misma. Y tampoco pintaba, ni escribía, ni jugaba con otros niños. No podía hacerlo, porque había una voz en su cabecita que le decía: “Me sale todo mal”. Y de esta forma iban pasando los días, uno tras otro. Sobreviviendo a través de su imaginación. Y como leímos que inventaba canciones se las cantaba a las muñecas porque nadie más la podía escuchar. Como esta niña. que ni nombre tenía, nunca aprendió a expresarse hacia afuera, aprendió a ser sabia y a conocerse a sí misma. Hasta que un día apareció un hada madrina, buena y generosa, que le concedió el deseo de poder hablar con las demás personas y expresarse correctamente, ayudó a conocerse así misma a todas las personas que en su ignorancia, ni siquiera sabían que esta niña existía. 

MORALEJA: Las personas a las cuales ignoramos, pueden ser nuestras maestras algún día. No debemos juzgar a nadie por su apariencia.
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