lunes, 19 de mayo de 2014

El perro de pan, por Daniela Sampayo y Dolores Tagliani -4to

Era una tarde de sol, los pajaritos cantaban, las flores brillaban y Nerón, el perro de la familia jugaba. Le encantaba correr, jugar, y como a todo perro, hacer travesuras. Sobre todo esa tarde.
Mientras los dueños de Nerón y el resto de su familia merendaban, el perro, con mucha hambre, fue a comer un poco de comida que había sobre la mesa. Pensó qué elegiría y cuando se decidió, saltó por la silla llevándose de la mesa un pedazo de pan.
Luego de unos minutos de la travesura, el perro comenzó a tener mucho dolor de panza, se sintió muy pesado. Hasta llegó a sentir que su cuerpo se endurecía, pero no le dio importancia y prefirió dormirse.
Al rato, Nerón se volvió a despertar, pero como esta vez sus síntomas eran peores, fue donde estaban sus dueños para que lo curen. Cuando llegó todos comenzaron a gritar:
¡¡¡NERÓN!!! ¿QUÉ TE PASÓ?
Sí, Nerón estaba mágicamente convertido en un pan. Era un perro de pan. Lo que había comido le había hecho muy mal y se convirtió en una mascota muy extraña, nunca antes vista.
Desde ese momento la especie se siguió procreando, y actualmente hay muchos perros de pan.
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